Doña Nisha de la Mancha...

Esta no es una historia única ni original, a muchas personas debe haberles pasado lo mismo pero al vivirla en carne propia se convierte en mi historia única y original.

Desear algo con todas las fuerzas, esforzarse para lograrlo y no alcanzarlo puede convertirse en una gran desilusión o peor aun, evolucionar en un miedo debido a la frustración, quién sabe, quizá he llegado ya a la locura y todo esto es producto de mi imaginación.

Ocurre a veces que todos esos sentimientos se mezclan, creando un monstruo emotivo que no tiene ni pies ni cabeza. Esta el deseo, el fracaso, la desilusión, la negación y la fantasía, todos ellos adentro de un pequeño mundo que es la mente, y de ahi las locuras...

Quizá soy la versión femenina del Quijote, aunque nunca me gustó. Él ve enemigos en los molinos de viento y persigue un amor que no existe. Yo vuelo con una sonrisa, me ahogo con el silencio y voy tras una imagen que quizá ha sido creada sólo por mi, tras una idealización.

Y cómo evitarlo si la mayor parte del tiempo la paso conversando con mi propia voz, con mi pensamiento? Tal vez en muchas ocasiones no he logrado diferenciar la realidad de las historias que poco a poco se forman en mi cabeza.

Si volvemos a los cuentos de hadas, ellos tienen en parte la culpa. La culpa de hacernos soñar con un príncipe azul y creer que con desearlo, cantar una canción y derrotar a la bruja, el amor aparecerá brillante ante nosotros y seremos felices para siempre. Y qué sucede cuando el sujeto amado es la bruja de la historia? Podría alguien contarme el desenlace?

Ahora que lo pienso, todos somos las brujas en algun momento. Unos por no dejar que las cosas sucedan, otros por hacerse iusiones cuando no deben, otros más por tener miedo y no arriesgarse nunca, por no saber esperar o incluso por esperar de más, por muchas otras razones, todos podemos causar el nudo de la historia.

...palabras de loco, patadas de ahogado, lo que escribo puede ser la única salida a mi pensamiendo, sus únicos suspiros o una esperanza de alivio. Pero creo que prefiero ser como un loco, yo estaré entonces loca pero feliz, montada en mi fiel caballo, vestida de armadura y defendiendo a capa y espada la luz que bien guardada en un cofrecito me da la esperanza de encontrar a mi príncipe, pero no azul, yo lo quiero verde.