jueves, 26 de abril de 2007

Elle a pleuré...

Hace ya un tiempo escribí sobre el llorar, en una etapa muy sentimental, podría decirse. O al menos eso creo, mi memoria selectiva se ha encargado de borrar muchos recuerdos, aunque no todos.

Nunca he sido muy sentimental que digamos y mucho menos llorona (o chillona, como quieran llamarle) pero he tenido mis momentos. Y ya que no tengo nada más que hacer, pongámonos a recordar, a ver, érase una vez...

Cuando era niña sieeeempre lloraba al final de la película Los Viajes de Gulliver. Me mataba ver llorar a la niña mientras a lo lejos veía partir al pequeño Gulliver sobre la casita de sus palomas (porque aquí él era el pequeñito). Los dibujos están horrendos y la última vez que la vi, me quedé dormida.

Dejé de llorar muuuucho tiempo, yo creo que de ver diario aquella de caricaturas, me deshidraté. Más grandecita, lloré secretamente mientras veía "La boda de mi mejor amigo". Si! si! Búrlense!! Pero así fue, ni qué hacer! Mi mejor amigo me encantaba y estaba en la edad de la punzada, ni cómo ayudarme!

La última vez? Lloré inconsolablemente en mi último día en el Papalote, que terminó por no ser el último pero de todas formas me dolió. Fue la más ñoña y perfecta etapa de mi vida y aun sonrío como idiota cada que me acuerdo. Eso fué hace ya más de un año.

Como verán, no dije mentiras, casi no lloro, a menos que sea de la risa, eso lo hago diario. Y aun se preguntan por qué me cuesta trabajo aceptar un abrazo? Peor aun!! Decir "te quiero". Necesito terapias, me recomiendan a alguien bueno? Lo único que deseo es al menos una vez llorar de felicidad...en verdad eso pasa??

Ya, ya, no lloren. La tortura terminó.